Máquina Roja
Hasta los aparentemente más sencillos y modestos proyectos, son una gran oportunidad, para hacer arquitectura funcional y de calidad, adaptada a su entono.
Falces
Arquitectura
2017
A un colegio de Educación Infantil le surge la necesidad de mejorar las prestaciones en cuanto a accesibilidad, con el fin de adaptarse y abrirse a las personas con una movilidad reducida. Esta nueva necesidad se entiende asimismo como una oportunidad de mejora de las condiciones de evacuación ante un posible incendio.
Este proyecto entiende su condición de elemento anexo en positivo. Se sitúa al final de un pasillo de circulación que asomaba al patio, en su entorno más inmediato, y al horizonte de la Rivera de Navarra en segunda instancia. Por lo tanto, el que este nuevo elemento favorezca tanto la entrada de luz al pasillo, como la percepción de dichas vistas, ya mencionadas, se establecen como criterios principales a la hora de concebir el proyecto.
La solución finalmente adoptada, establece un diálogo claro con las cubiertas inclinadas del edificio adyacente y con los materiales y el cromatismo de otros volúmenes del colegio, como el polideportivo azul o el parque de juegos verde. Acentuando su condición de elemento vertical y comprimido, elevándose hacia arriba y buscando su espacio entre las cubiertas.
Se trata de una modesta actuación e inversión que no niega su papel como elemento arquitectónico, aportando vitalidad, mejorando su entorno e incluso poniendo en valor condicionantes dejados de lado.
A nivel constructivo la estructura del elemento es íntegramente metálica y autoportante. El núcleo resistente es el ascensor que se ancla al suelo mediante una cimentación de hormigón armado. Los tramos de escalera se suspenden de dicha pieza y vuelan de forma ligera sobre el patio, evitando interferir en él, creando unas terrazas que miran a la huerta Navarra.