Oniria Workspace
El proyecto se configura como una constelación de distintos cuerpos orgánicos y curvos que, gracias a sus formas y a su posición en el espacio, generan los distintos ámbitos de trabajo.
Pamplona
Interior
2018
La obra consiste en una reforma integral de un viejo espacio residencial para construir un nuevo centro de trabajo. La empresa promotora, una consultoría de recursos humanos llamada Oniria, buscaba renovar sus oficinas, mediante una imagen novedosa y al mismo tiempo elegante y serena. Dada su labor profesional, además, requería habilitar numerosos espacios diferenciados e independientes.
El proyecto, entonces, surge como un conjunto dinámico de cuerpos curvos y orgánicos que, debido a su posición y a sus formas, generan los distintos espacios.
Un hándicap de partida importante fue el propio continente del espacio: este workspace se ubica en un clásico edificio del segundo ensanche pamplonés, y por ende su geometría perimetral es muy compleja; aparecen, además, grandes pilares y vigas de hormigón en diversos puntos, como retazos permanentes de la antigua preexistencia.
Así, el único modo de organizar los distintos espacios del programa en un continente cuyo perímetro es tan quebrado, y cuyo interior cuenta con tales fragmentos de la estructura del edificio, era recurriendo a formas orgánicas. Formas que, por otro lado, encajaban muy bien con la identidad joven y dinámica de la empresa.
Empleando como referencias los proyectos de Alvar Aalto y las obras plásticas de Jean Arp, se crearon unas geometrías y cuerpos que, flotando en el espacio, produjeran distintos ámbitos: algunas dependencias, las más privadas, se establecen en el interior de tales cuerpos; y otras, las más púbicas, se emplazan en los espacios abiertos que quedan entre ellos. De este modo, el ámbito de trabajo del equipo de Oniria es un espacio abierto y colaborativo, mientras que las distintas salas de entrevistas y despachos se entienden como espacios más privados y pequeños. Todos ellos, siempre, con un ambiente interior muy cuidado.
El resultado es un espacio de trabajo singular y muy contemporáneo, en cierto modo onírico, que busca aportar siempre una sensación de serenidad y suavidad para los trabajadores.
Los materiales buscan potenciar la sinuosidad y suavidad de las formas. Se recurre a la madera, a elementos textiles o a superficies tersas y blancas para los cuerpos curvos; y a morteros de arcilla, de marcado aspecto terroso, para el perímetro exterior.
El mobiliario y la sobria decoración interior persiguen idénticas intenciones: sus colores –verdes, cremas, grises, azules suaves- complementan la sensación terrosa del mortero de arcilla perimetral o la sensación de calidez de la madera, y sus formas onduladas.
Las sillas y sillones de los Eames, la mesa Gueridon de Prouvé o las sillas Bellevile de los Bouroullec, dialogan perfectamente con las curvas y concavidades del espacio. Aparecen además, puntos singulares como si fueran pequeñas notas de sorpresa en el interior: el mostrador colgante, ejecutado en acero inoxidable rallado; una gran puerta pivotante de tramex lacado al color del mortero de arcilla; y la iluminación general realizada mediante unas pantallas circulares enrasadas con el techo.
En definitiva, este workspace es un espacio de trabajo, y de vida, donde formas, materiales, colores y mobiliario buscan generar un ambiente muy particular y novedoso. Agradable pero innovador. Sutil pero dinámico. Atractivo y profesional al mismo tiempo. Idóneo, creemos, para quien lo ha promovido: Oniria Consulting.